Líneas de investigación

Líneas de investigación

Mente, emociones e intimidad

Responsable: Dra. Olbeth Hansberg

Descripción:

Las principales áreas de investigación de la Dra. Hansberg se ubican en los campos de la filosofía de la mente y las emociones. Se ha ocupado de temas tales como la relación mente-cuerpo, las características de las explicaciones psicológicas, la explicación de la acción y el examen de los diversos estados mentales. En los últimos años se ha concentrado en una investigación filosófica amplia sobre las emociones que ha incluido las emociones morales. Recientemente ha escrito sobre los estados afectivos que intervienen en las relaciones interpersonales entre una o más personas que comprenden aquello que llamamos “intimidad”. Un área de la afectividad humana que se caracteriza por sus aspectos positivos y negativos.

Sufrimiento y enfermedad

Responsable: Dr. David Fajardo Chica

Descripción:

La afectividad humana en contextos de salud muy precaria, como el de las enfermedades crónico-degenerativas o que amenazan la vida, exhibe características particulares en las que se centra esta línea de trabajo. Nos interesa el estudio de las variedades del sufrimiento en el contexto de la enfermedad grave. Esto incluye una revisión de los modelos contemporáneos que ofrece la filosofía contemporánea, pero también, la integración de resultados de otras disciplinas se encargan de temas directos o aledaños como la psicología y la antropología.

Algunos temas son la naturaleza del sufrimiento alrededor de la enfermedad y la muerte, el examen de su posible valor, las formas de sufrimiento existencial, espiritual y religioso, así como su contribución a la vida humana. El objetivo es avanzar en una comprensión multidisciplinaria de estos fenómenos que haga puentes con las ciencias de la salud y del cuidado.

Afectividad y cultura

Responsable: Dr. Abraham Sapién

Descripción:

Sufrimos. Gozamos. Sentimos. Los estados afectivos influyen profundamente en el valor y calidad de nuestra vida. Por ejemplo, el dolor crónico puede ser completamente incapacitante, mientras que la insensibilidad al dolor puede ser fatal. De manera análoga, una vida sin placer parece aburrida, sosa, pero la búsqueda excesiva de placer puede resultar perjudicial. En esta línea, nos centramos en el estudio detallado de la constitución de los estados afectivos, aquello que es agradable o desagradable. Esto comprende a las experiencias somáticas, fenomenológicas, como el dolor. Pero también incluye al sufrimiento en un nivel emocional y cultural. Es decir, cómo los estados afectivos pueden ser colectivos y, por ello, nos ayudan a dar cuenta de las reglas, valores y costumbres que nos guían como individuos en sociedad.

Ética y afectividad en la Antigüedad

Responsable: Dr. Leonardo Ramos-Umaña

Descripción:

¿Para qué estudiar ética antigua hoy? ¿Para qué leer textos escritos hace más de veinte siglos? Podríamos responder –como muchos- que no tiene sentido dado que su mundo no es el nuestro, es decir, ¿qué podrían decirnos sobre cómo vivir si no tenían computadoras ni redes sociales ni pandemia? Sin embargo, cuando hablamos de Ética, ¿estamos hablando del estudio de las invenciones más recientes o, más bien, de los deseos, pasiones, virtudes y vicios del ser humano? Y en esto último, ¿de verdad hemos cambiado tanto? ¿No estamos obsesionados, como los griegos, con la apariencia, la fama o el dinero? ¿No estamos, como los romanos, bajo las garras de unos pocos ultrapoderosos que deciden el destino político y económico del planeta? ¿No podemos confesarnos temerosos de no ser exitosos en nuestra profesión, de no ser correspondidos en el amor, de una enfermedad grave o la muerte de alguien amado? Nuestro México no es Roma o Atenas de hace dos milenios, pero no es difícil abstraer esas diferencias para quedarnos con las semejanzas y entonces los textos antiguos empiezan a hablarnos con una actualidad asombrosa: sus miedos son nuestros miedos, su desolación ante la muerte o el mal es nuestra desolación, sus cuitas son nuestras cuitas porque el mundo interior del ser humano, ora de los de túnica y sandalias, ora de los de pantalones de jean y convers, sigue siendo extremadamente semejante.